viernes, 29 de abril de 2016

Por más que...

Por más que grites, llores o patalees, se fue, no está más.
Por más que insistas, no te lo voy a dar.
Por más que digan, lo que importa es lo que hagan.

Expresión superadora, integradora, aceptadora de los lados oscuros, le agrega valor a algo que en principio podía verse apagado. Por más que esto, esto otro. Es la otra cara, la mejilla positiva en lo posible, una visión que desprende algo más que la primera impresión. Por más que se crea algo, pasa lo otro. Por más que lo pidas o desees lo contrario, así pasan las cosas. Hacerse cargo, por más que sufras, y enfrentar lo que toca con la mejor cara es lo que elijo, por más que digan lo que quieran.

martes, 26 de abril de 2016

Un mes



5 de abril, 6.45 de la mañana.

A esta hora siento que asomás la cabeza por la ventana y olés la vibración de la ciudad. Hoy particularmente es una noche en la que no paró de llover. Por momentos, antes de acostarnos, diluviaba. Y ahora es una lluvia constante y fina, y con un cielo que durante toda la noche pareció iluminar los edificios.

Y es de día. El cansancio me gana en todo mi deseo irrefrenable de más. Y termino haciendo menos. Menos pregunta Dios y perdona, y yo me voy a dormir que mañana es día de mudanza de casa. Desde el 19 de abril ya estaremos asentados en una, finalmente, espero.

Mi papá tenía arrugada la cara, tenía un pasadizo laberíntico en su frente, y ponía caras raras, locas, únicas. Mi papá sentía, preguntaba, se llevaba la servilleta a la boca, expresaba potentemente su parecer, era compinche, compañero, amigo, marcaba siempre su presencia con alguna intervención, hacía reír, hacía enojar, mi viejo siempre estaba y te llevaba y te traía, e íbamos sin pensar que un día ya no estaría más. En realidad, sí, uno lo piensa, o le teme a la posibilidad, la analiza fríamente, pero cuando ocurre es como que algo se rompe dentro. Una quemazón en el pecho, en la espalda, que acompaña, y se encierra si no elijo llorar un rato sin más a estas horas. Por más que llore, grite o patalee, un ser tan representativo para mí no está más, se fue, queda en recuerdos, evocaciones espero que más alegres que tristes, a una persona que supo compartir y sacar a flote una familia por sobre toda su obra en vida.

Tampoco una idolatría barata, no quiero olvidarme las neuras y berrinches que me agarraba cuando no lográbamos compatibilizar en ideas básicas, o cuando al manejar pareciera siempre atraerlo el tráfico y no se dejaba aconsejar por dónde agarrar con el auto, charlas políticas, consejos que partían del temor, y otros tantos momentos de choque vividos, y ahora recordados con gusto, con ese gustito a vívido y de seguir teniéndolo a mi lado, opinando, acompañando, vital y principalmente.

En el cuarto duermen mi hijo y mi mujer, Gonzalo y Marisel, estamos hace casi 50 días viajando, conociendo barrio por barrio a Barcelona, haciendo una intervención teatral en la semana de la mujer en plena Rambla barcelonesa, en un centro de creatividad artística.

Miro por la ventana, o salgo al balcón, y empieza a aclarecer el cielo, ya tiene color y se dibuja el horizonte de edificios en su contorno. La calle está vacía, es como una plazoleta lo que hay enfrente, en el barrio de Hospitalet, o La marina es, más concretamente, este mini barrio.

Finalmente, el 19 de abril tendremos hospedaje por un mes. Y veremos si logramos alquilar algo más grande. Ojala se dé, porque eso nos garantizaría tener domicilio fijo y así sacar los dni y trámites necesarios para estar acá.

Aquí, acá, formas de decir lo mismo. Cada cual a su modo, y el argentino tiene uno muy particular, distinguible, diferenciable, en el habla y con varias costumbres comunes asimiladas que lo vuelve cálido y a la vez pedante, en ese vaivén se mueve y cada cual decide hacia dónde tira el andarivel.

Ya aclaró. Los contornos ya son figuras tridimensionales con función específica. pasó el momento mágico de transmutación de noche a día, así como el de día a noche de las 19/20 horas. Adoro esos pasajes. Como que algo se bifurca. Como que también sentí estos días la valoración mayor hacia pasar ratos divertidos con mi familia y ya, lo demás irá apareciendo. Tan volado y loco como eso. Si lo que queda es el afecto y tiempo invertido y pasado con las personas cercanas, quiero elevar esos momentos a lo más importante, cosa que estoy haciendo al compartir este viaje diario con ellos, y lo demás, el qué, irá surgiendo en el camino mismo de saber qué queremos. Qué quiero. En este momento descansar un rato.

Sábado 9 de abril en Barcelona. Ni un alma en la calle, al menos visible, sí se escuchan los pajaritos, en su sonar disonante. Tomo un mate, como yogurt con muesli, una suerte de mix de avena, cereales y frutas que agradezco haber encontrado aquí, gracias al presente "all over the world" supermercado Día; y escribo esto en un living que sin dudas no es habitado hace un tiempo, con un estilo clásico muy elegante, pero inhabitado, que una rumana nos alquila, se supone que a través de un sitio de alquiler de habitación en tu casa, cosa que no es el caso, ya que ella aquí no vive, y estamos conviviendo con unos rusos que no pegamos onda, dejan su comida desparramada por ahí, y creo se van hoy. Y así la vida sigue su curso. Es buen negocio alquilar piezas. Y hacer piezas. Teatrales. Extractos de vida, fragmentos de transcurrir relevante y enérgico en una situación convencional, habitual, y donde transcurra un discurrir discursivo que evidencie.

Las cenizas son del viento. Conservarlas es retener lo que ya no es. Uno le toma cariño a las cosas cuando las frecuenta. Lo demás, que te lo cuenten como quieran.