domingo, 19 de febrero de 2017

Queremos acoger


Una ola de receptividad. El pueblo catalán da una muestra contundente de integración, con la propuesta #VolemAcollir -queremos acoger- que no pide sino que devuelve el poder a la gente, que quiere recibir a los refugiados que son rechazados en otros puntos geográficos.
Llevamos un año con mi mujer e hijo viviendo en Barcelona, y puedo dar fe de que jamás vi una variedad tan grande de comunidades, personas, multiculturalidad expresada en cada barrio, cada comercio, cada muestra de arte. Todo lugar que pisas o recorres en Barcelona se convierte en aceptación de la diversidad, y eso sólo puede darse a través de la receptividad inclusiva, de la conciencia de que somos todos uno, y que lo que das es lo que vuelve.
En Barcelona hay etnias, pero dejan de importar en gran punto por el sobrebombardeo de heterogeneidad de cosas que uno se encuentra. La extranjería que cada cual maneja consigo mismo y el mundo exterior que asecha se desvanece en el imaginario de que convivimos todos en un vagón de metro yendo en una misma dirección. Todo disgusto que nos provoca el otro es tan sólo un prejuicio. Lo plural, incluso lo que no me gusta por categoricismos heredados, está para reflejarme el mundo. A qué le doy prioridad dialéctica o expresiva es otro cantar. O el cantar del pueblo andaluz… ¿A qué voy? A que uno elige como individuo cultural que es en qué se mete, qué le interesa, a qué le dedica sus horas.
Acá, en esta porción de terruño de Cataluña, se plasma la idea de la torre de Babel, la plenitud del conocimiento y la belleza, en esa Casa Batlló ornamentada por Gaudí, la diversión del arte expresada en monumento de construcción.

Y caminar por el gótico, y descubrir con el tiempo que cada barrio tiene una identidad única. Un derecho de aprobación natural.
¿En qué cabeza cabe seguir creyendo que los muros serán la solución a un conflicto que debe entenderse más allá de las fronteras mentales de un líder iluminado. El poder está en la gente- En uno, que decide a qué dedicar su tiempo, su atención.
Queremos acoger. Y ser acogidos.

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